
...me visitó...mientras en el silencio de mi trapa se suspendian los coros de Carmina Burana, esa maravillosa cantata profana del siglo XIV, y las voces del pasado irrumpian en mi cabeza, empujándome a paliar el dolor de escucharlas bebiendo un poco de vodka y acariciando mis pequeñas amigas de colores (entiendase...ravoril+reflexan+prozac...tan del siglo XXI)...el angel me hablo, me susurro al oido los recuerdos de las veces en que nos encontramos, en que se hizo presente anteriormente, pero no pudo tocarme...primero, esa noche italiana brumosa y humeda en la cual la mano del amor me salvo, pero logro quitarme algo...la segunda, muchos años después, cuando la presencia de la verdadera amistad pudo más y me tironeo hacia la vida, arrebatándome de sus manos...esta vez estaba sólo, en mi encierro, en mi dolor, con mis recuerdos y mis ansias....me susurro recuerdos, instantes, deseos frustrados...me dijo que soy un monstruo de egoismo, que he gastado toda la energia del mundo en ser distinto, en tirar la fuerza encima con arrogancia y agresividad...que eso no se hace, que es poco cristiano...
...dijo que he sabido mucho de amores faciles y muy poco de amores reales...que uno debe tener su propia historia y ser dueño de ella, y que yo pude comprobar que la mia sólo puede ser contada a través de mis amores, que es tarde, que ya no tengo identidad...dijo que si me quedo solo, me borro, y no me veo...que soy malo, que me reafirma que los demás me odien, porque discrimino, porque me aburro, porque no tengo piedad con los seres comunes y corrientes, y eso es una tirania para los demás...porque jugue a tener el control, a ostentar sobre eso, y termine siendo servil y efimero, sin voluntad, sin deseos y visiones propias...
...dijo que era como el Rey Midas, que todo aquel a quien tocaba lo convertia en oro, para mi y para los otros, pero que me quedaba sólo en el brillo lo más que podia...hasta que me helaba, y buscaba el calor en otros brazos, en otros medios, en otros recuerdos...que sólo amba para controlar, para sentir poder, para reafirmarme...y que definitivamente, no había sido tocado por la mano de Dios...
...el angel de la muerte me visito...me toco con su mano en mi frente, he hizo sangrar mis heridas más profundas...dejando marcas en la piel, las que debere ocultar como estigmas de la verguenza de sentir amor sin ser correspondido...me tendió su mano para acompañarlo, pero en algún momento dude y preferí la realidad más cruda por sobre la calidez de sus consuelos...la tercera es la vencida, me dije, y me libre de mis oscuros deseos...
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